Molina, los CFC y la capa de Ozono

¿Alguna vez se han preguntado cómo es que podemos recibir constantemente los rayos de aquel astro incandescente llamado Sol saliendo relativamente intactos? La respuesta se encuentra en una molécula poco común en la superficie terrestre, pero muy abundante a 50 kilómetros de altitud: el trioxígeno u ozono, como es mayormente conocido. Las grandes concentraciones de este gas en la estratósfera forman la tan conocida capa de ozono, que es la responsable de «debilitar» a los rayos solares que llegan a la Tierra, permitiendo el desarrollo óptimo de la vida en este planeta. Por increíble que parezca, este sistema que se mantuvo funcional por millones de años corrió el riesgo de colapsar en la época del siglo XX, pero fue gracias al aún a tiempo trabajo de  Mario Molina y su compañero, Sherwood Rowland, que se pudo encontrar la causa y alcanzar un convenio para disminuir el recién formado hueco en la capa de ozono. Pero ¿cómo es posible que las instituciones políticas y científicas de ese entonces permanecieran inactivas por décadas ante el continuo desarrollo de este fenómeno? La razón solo resalta más lo impresionante del trabajo del científico mexicano, pero antes hay que conocer al susodicho causante de tal coyuntura.  

Con la creación de los hoy en día tan comunes refrigerantes en forma de aires acondicionados o frigoríficos, se presentó una continua cadena de intoxicaciones por los gases empleados en estos aparatos. No fue sino hasta 1928 que se sintetizó el primer clorofluorocarbono o CFC, cuya familia de moléculas se caracteriza por ser segura para los humanos y bastante efectiva como refrigerante, lo que llevó a un uso tan extendido de estas que terminó por ser acuñada como «la molécula del siglo», aunque terminaría por perder vigor en los 90s después de encontrarse con fuertes restricciones.


Foto relativamente reciente de Mario Molina

Foto relativamente reciente de Mario Molina

World Economic Forum

Previo a Molina, se sabía bien que el cloro era un elemento capaz de romper las moléculas de ozono cuando entraban en contacto en la estratósfera, pero se desconocía por completo de qué sustancia provenían las mayores concentraciones. Esto cambió cuando Molina y Sherwood publicaron en 1974 un artículo en la revista Nature (disponible en https://bit.ly/36WiDPE) que señala a los tan aclamados CFC como las fuentes de dichos átomos de cloro y como una amenaza para la capa de ozono (Chimal, 2014, pág. 122). Lógicamente, estos resultados no fueron del gusto de las corporaciones, quienes estuvieron defendiendo sus productos por multitud de años a través de la financiación de diversos estudios que limpiaran su imagen, la mayoría amparándose bajo la excusa de que los CFC son incapaces de llegar a la estratósfera, que, si bien es poco perceptible, es erróneo, pues estos llegan hasta dicho lugar décadas después de ser emitidos (Chimal, 2014, pág. 137). Luego de diversos pataleos más por parte de los afectados, al fin se llegó a una resolución internacional con respecto al objeto de la polémica

Agujero de la capa ozono en 2009

Agujero de la capa ozono en 2009

 En 1987 se realizó el Protocolo de Montreal, en donde se llegó por fin a la conclusión de vetar gradualmente la producción y uso de los CFC, posibilitando una posible recuperación total para el 2050 del agujero de tres veces el tamaño de Australia mostrado en la imagen de arriba (Newman et al, 2006). Pueden acceder a un análisis más detallado del evento en el documento de la siguiente página: https://bit.ly/3nH5OP6 


 Vigésima octava reunión del Protocolo de Montreal

 Paul Kagame


Para dar cierre a este pequeño texto, solo quiero enfatizar una vez más que las buenas perspectivas que se tienen hoy en día con lo que pudo haber sido una auténtica hecatombe global nacieron, en buena parte, de las investigaciones del científico cuyo nombre aparece en el nombre de este mismo blog y sus colegas, y, por tanto, no estaría de más leer un poco sobre él a modo de respeto por su labor y como tributo a su reciente muerte. Un buen lugar para empezar se encuentra en la siguiente página, también dedicada a él: https://bit.ly/2IlqM5S.

Referencias

Chimal, C. (2014, noviembre). Nubes en el cielo mexicano: Mario Molina, pionero del ambientalismo. D.F., México. Santillana.

Newman, P., et al. (2006, junio 30). When will the Antarctic ozone hole recover?. Advanced Earth and Space Science. Consultado el 11 de octubre de  2020. Disponible en https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2005GL025232


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